Bicicleta de Bobbin
Hay algo que no soporto de Madrid, que me pone de muy mal humor y me desgasta día a día. El tráfico, qué iba a ser si no. Esta mañana he salido de casa a las 8 en punto de la mañana y no he llegado al trabajo hasta pasadas las 9. Considerando que con tráfico normal es un trayecto de 20-25 minutos, os podéis imaginar la pesadez que supone aguantar esto cada mañana y sin tregua. Sólo en agosto.
Si algo echo de menos de mi anterior trabajo, es que iba a trabajar en metro. Me encantaba. Leía muchísimo, escuchaba música, me entretenía observando las caras adormiladas de la gente, a chicos repasando los apuntes para un examen. La vida bajo tierra. Y cuando bajaba en mi estación, desayunaba en la cafetería de siempre y leía el periódico. Era un bonito ritual para comenzar el día. Ahora el ritual lo componen frenazos, pitidos, y un café de polvos del vending.
Pero lo que de verdad me gustaría sería poder transportarme en bici. Nunca lo he hecho pero me lo imagino muy placentero. Y fashion. Sin lluvia, claro y sin nieve. Yo y mi bici. Mi bici y yo. Quién pudiera..
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