Lo que yo me esperaba era un desayuno de té y bollos en una cafetería de pueblo y eso fue, pero en versión súper-sofisticada. Glamour en los montes de Queensland, se podría llamar este post.
Como iba diciendo, este salón de té se encuentra escondido a un lado de una carretera que discurre paralela a la costa y atraviesa montes y lagos. El entorno es absolutamente idílico con vistas por un lado a inmensos prados y bosques y por el otro al océano Pacífico. Además, hizo un precioso día de verano a pesar de toda la lluvia que tuvimos el sábado.
La comida estaba buenísima (sobre todo buenísima para cualquier dieta, ejem) y consistía en pecados tales como bollitos aderezados con mermeladas variadas, pastas caseras, té de albaricoque, scones, sandwiches variados, brownies...con solo recordarlo me entra hambre y eso que acabo de cenar. Además toda la vajilla era de porcelana inglesa, la cubertería de imitación de plata antigua y la dueña nos adornó la mesa con rosas naturales. Para rematar la dosis de glamour dominguera, el tea room también tenía una tienda de complementos y de decoración muy chula.
Podéis comprender que a esta fiesta del azúcar sólo estaban invitadas chicas (bien a gusto que estuvimos, por cierto). Los chicos no eran parte del plan y ni pena que les dio porque según me contó Pupo ellos se fueron a comer a la playa y a beber cervezas al bar del pueblo.
En definitiva, que todos tan contentos. Y hoy a comer lechuga.
Fotos by me.
Tea House Elements at Montville
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