domingo, 13 de febrero de 2011

Ayer

Ayer fue un día perfecto. Amaneció soleado con un cielo de color azul Australia, brillante, sin pátina de contaminación. Como era el segundo sábado del mes, tocaba mercadillo en el barrio de West End, y allá que nos fuimos, a pasear entre puestos de frutas y verduras, panes, mermeladas, puestos de depilación de cejas, de masajes chinos y de ropa cosida a mano.
Justo al final del recorrido nos topamos con un pequeño puesto de alpargatas traídas desde La Rioja por un chico madrileño afincado en Brisbane desde hace un par de años. Con él estuvimos charlando sobre nuestras antiguas vidas en Madrid, nuestras nuevas vidas aquí, los pros, los contras, intercambiamos direcciones y nos deseamos suerte. Qué ilusión hace encontrar gente que comparte los mismos asombros, alegrías y decepciones que sufres al empezar desde cero en otro país.
Después del paseo por el mercadillo, tomamos un brunch en The Gun Shop (gracias Patri por tus recomendaciones). Yo me pedí un sandwich de salmón y crema de queso con ensalada y Fernando una hamburguesa gigantesca, de la que yo también di buena cuenta.
Después nos acercamos a la librería Avid, que alberga un café muy mono en su interior. Vi cuarenta libros que me gustaría comprarme y que sé que no me compraré (este tema ya lo trataré en otro post porque es una espinita en mi corazón) y nos volvimos a casa zampando un helado.
Sé que esto va a doler, pero cuando llegamos, como seguía haciendo sol y calor nos bajamos a la piscina con una cerveza y unas patatas y así pasamos el resto de la tarde, entre sol y sombra, viendo como los últimos rayos de este gran día iban desapareciendo para dar paso a una preciosa noche estrellada.
Fotos by me

1 comentario:

  1. Pues me encanta vuestra vida!!!!! Seguid así que igual en poco tenéis otra madrileña por ahí! jejeje Besitos. Marta FruRe.

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