jueves, 10 de febrero de 2011

Cosas de otro mundo

Hay varias cosas a las que todavía no he logrado acostumbrarme. Y no hablo de no tener a mi familia y amigos cerca, o a las comidas de mis abuelas. Me refiero a otras cosas más banales a las gestiones del día a día.
Por ejemplo, a pagar 17 dólares por ver una película en el cine. Menos mal que hemos encontrado un cine donde algunas sesiones pueden costar el módico precio de 8 dólares. Un chollo, una ganga, la casa entera tirada por la ventana, en otras palabras.
A perderme en el supermercado cada semana. En cada excursión me quedo embobada mirando los estantes repletos de ingredientes para comidas hindús, vietnamitas, chinas, galletas, golosinas a cada cual más hipercalórica, cuando mi objetivo es cazar una simple lata de tomate para los macarrones (que ya tampoco son macarrones, claro). Una simple lata, sin otra cosa que no sea tomate, sin tropezones de verduras adicionales, sin vinagres de colores ni especias del Nuevo Mundo, sin nada. El bote de Udaco de toda la vida (¿se llamaba Udaco?) Lo peor de todo es que al final acaban apareciendo en el carro sobres de sopa miso japonesa, pan de queso indio, infusiones de flor de loto y otras mil guarrerías que ni siquiera sé cómo se comen ¿Y el bote de Udaco?Missing, para la próxima excursión.
A pagar cantidades desorbitadas por cortarme el pelo en una peluquería normal. En mi próxima vida me plantearé ser peluquera en Australia, porque es una de las profesiones más lucrativas que existen.
A la forma de saludar. Los usos y costumbres de Australia indican que cuando interaccionas con cualquier persona, el diálogo que debe darse es:
-¿Qué tal estás hoy?
-Muy bien,gracias. ¿Y tú qué tal estás?
-Muy bien, gracias. En este punto incluso se puede hacer algún inciso sobre el clima (que da mucho juego en estas tierras) o sobre cricket.
Y entonces ya puedes pagar en el kiosko o preguntar una dirección. En cualquier caso siempre quedo como una maleducada o una egoísta. Si soy yo la que inicio la conversación, digo "Hola" o "Buenos días" y entrego el paquete de chicles y se acabó. Y si el señor me pregunta que qué tal estoy, contesto, "Bien, gracias" y se me olvida preguntar que qué tal están ellos. Y la verdad es que la gente se queda bastante cortada, como con la palabra en la boca, entonces es cuando me doy cuenta e intento rectificar. Pero ya no tiene sentido empezar de nuevo la conversación con el cambio en la mano y sólo logro balbucear chorradas como "yo también estoy bien" o "perdón, no estoy acostumbrada a esto". Y quedo como tonta perdida. En verdad debo decir que este uso o costumbre debería ser exportado al resto del mundo. En España (al menos en Madrid) todos vamos a lo nuestro, utilizamos el mínimo tiempo posible en hacer nuestras gestiones y nos impacientan los dependientes (y el resto de clientes) especialmente comunicativos, sobre todo si es a primera hora de la mañana. Los australianos siempre tienen tiempo para preguntar qué tal estás (pregunta de verdad, no retórica) y si además le das un poco de palique al de la tienda, mejor. Y nunca he visto al siguiente que está esperando detrás en la cola impacientarse, puesto que llegado el momento de girarte e irte, puede suceder que la conversación también se inicie con él.
En fin, cosas de otro mundo.
Un abrazo,
Ana
P.D. La foto no pega con el tema, pero me lleva gustando varios días, así que la comparto. La he visto en uno de mis nuevos blogs favoritos Apartment 34

6 comentarios:

  1. Gracias por el nuevo blog!Me descojono con tu post,jaja! Eres la caña! Muass!!
    Elvis

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  2. Me recuerda mucho a mis primeros meses aquí... 2horas en el supermercado para encontrar cosas simples... Todo con sabor o algo o nombres absurdos Ej. Suavizante olor sol de la mañana ¿?¿?
    Buscando peluquerias normales, cines normales... etc.

    Mucho ánimo,es toda una aventura!
    Un beso!!

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Me encanta este post porque en la ultima parte cuando cuentas de la forma de saludar en Australia me recuerda mucho mis inicios aquí en España. Yo que vengo de otras tierras también tenía como costumbre saludar y no quedarme en la simple y automatizada respuesta: hola-hola. Mis costumbres eran (ya las he mutilado para adaptarlas a las que encontré aquí) saludar y acto seguido hacer otra pregunta o comentario de lo que fuera, política, deporte, del tiempo, lo que sea, para que la otra persona me contara algo de su vida, no se... era como un plus del saludo, que te hacia entrar en contacto con los seres humanos de entorno por donde circulara en el día, que seguro alguien en esos micros comentarios que se dan con el saludo, te podía comentar algo que eran temas en conversaciones más distendidas con la familia, amigos o con tu pareja, el decir: ≪sabes que me comentó X esta mañana...≫. Era como salpimentar la rutina diaria.

    Muchas veces me veo raro y me acongojo en la sociedad en la que estoy viviendo, porque siento que estoy perdiendo parte de esas costumbres y que me he dejado arropar por esa dinámica de "cada uno a lo suyo" "a mi que me cuentas, no me cuentes tu vida xaval".

    Pero en fin... yo solito me he metido en esta ganadería, que aunque esté sellado con otra D.O. sigo la misma ruta de las demás cabezas o sino me atropellan o me quedo atrás.

    P.D. Lo de ganadería es una metafora para expresar que todos vamos como ganados sin identidad propia, por donde diga el marketing que nos pastorea :-)

    Un fuerte abrazo,

    Adolfo

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  5. Elvis, me alegra que te haya gustado, por cierto, te envié un pequeño mail el otro día, ¿te llegó?
    Martacán...me imagino que si aquí es complicado en USA tiene que ser todavía peor!! Vaya castaña lo del supermercado.
    Hola Adolfo, ¡cuánto tiempo! pues sí, por desgracia en España ahora las cosas son de esta manera, al menos en Madrid. Cada uno a lo suyo y no me cuentes tu vida que no me interesa. Lo positivo de todo esto es que yo no me había dado cuenta de cómo somos hasta ahora, y más vale tarde que nunca. Al final todo forma parte de una forma de vida hiperactiva, donde el tiempo siempre juega en tu contra y donde no puedes perder un minuto porque si no te pilla el atasco de la M-40. Ójala todos nos demos cuenta de esto poco a poco y consigamos tomarnos la vida de otra forma.

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  6. Lo que me he reído!!!! Entre esto y las torillas....me alegro de haber puesto tu blog en "favoritos"
    Un beso para los dos!!!!
    Elisa.

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