miércoles, 19 de mayo de 2010

La caprichosa

La inspiración es caprichosa, viene y va a su antojo. Pero a las niñas mimadas se las educa y se las mantiene a raya. Pocas concesiones, he ahí la clave.
Sobra decir que en estas últimas dos semanas no he escrito nada. No es que no tuviera cosas que contar, es que o bien no sentía la necesidad de publicarlas o bien no conseguía dar forma (escrita) a mis ideas. Es lo que tiene un blog, que aun siendo en esencia un diario, está expuesto a todas las personas del mundo que quieran leerlo, aunque en la realidad no le interese a nadie. Es por esto que quien lo escribe debe hacer un esfuerzo adicional por expresarse lo mejor posible, por no aburrir y malgastar el tiempo de su audiencia.
Estos días no conseguía hablar escribiendo y aunque he intentado varias noches sentarme y teclear algo, al final terminaba por apagar el ordenador y esperar pacientemente a que la niña caprichosa quisiera venir a acompañarme.
Esta noche tampoco quería venir, pero me la he traído forzada. Ya iba siendo hora de que ella y yo tuviéramos una charla.

Foto by me. Estambul, febrero 2010

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