La segunda semana de abril del vigésimo séptimo año de mi vida ha traído de todo un poco:
-El lunes me encontré en Vital Airport, como ya comenté.
-El martes tuvimos clase de inglés con nuestro nuevo amigo de Alaska en J&J (P. y yo hemos decidido sustituir temporalmente las clases de salsa por algunas horas semanales de conversación en inglés)
-El miércoles estuve concierto de La Habitación Roja, grupo que, irónicamente, sólo conocía de oídas. Todo sea dicho, me gustó más en directo que en mi MP3. Por cierto, interesante la canción de Posidonia.
-El jueves cené en Rustika, un restaurante plagado de budas, pequeñas fuentes con plantas artificiales, muebles balineses, máscaras africanas, sillones de ratán y otros muchos detalles kitsch que evocan lugares remotos sin salir de la calle Limón.
Foto extraída de Rústika Café
-El viernes salí un rato por Malasaña y caí presa de las anginas.
-El sábado y el domingo pueden resumirse en miles de horas de durmiendo, alternadas con antiinflamatorios, paracetamoles, capítulos de The City (por aquello de dar un poco de glamour al momento bata+kleenex), Lost in Translation (enésima vez que veo mi peli favorita) y un poco de fútbol (por aquello de hacer un poco de compañía a mi counterparty).
Ahora mismo me encuentro un poco regular.
Igual va siendo hora de empezar a cuidarme y bajar el ritmo. Aunque dudo que lo consiga.
Feliz semana.
Foto by Aya Brackett.
Me encanta.
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